Thursday, April 02, 2015

Servicio diaconal

Si yo, siendo el Señor y el Maestro, 
les he lavado los pies, 
también ustedes deben lavarse los pies 
unos a otros.
Juan 13, 14



Al discernir si Dios me estaba llamando a venir a Honduras como un misionero laico, mi directora espiritual me pregunto, “¿por que?”  Sin pensar, respondí: "para servir los más necesitados”.

Una vez, una colega en la pastoral universitaria en los Estados Unidos me hizo reflexionar que mi manera de ejercer mi trabajo pastoral reflejaba el modelo de la iglesia como siervo, según los modelos de la iglesia de Padre Avery Dulles, un modelo que refleja Cristo como siervo:
Cristo vino al mundo para servir, no para ser servido; entonces, la Iglesia, prosiguiendo la misión de Cristo, busca servir el mundo, fomentando la solidaridad de todos los seres humanos 
La segunda lectura del Domingo de Ramos, Filipenses 2, me ha formado la vida por muchos años:
se anonadó, haciéndose esclavo
Servir es al fondo de mi identidad, central a mi trabajo pastoral, a la raíz de mi seguimiento de Cristo.

No soy siempre tan “servicial” como debo ser. Hago las cosas como YO quiero hacerlas. Como un intelectual introvertido, mi tendencia es pensar sobre el servicio más que servir, ensuciándome las manos. No huelo de las ovejas, como el Papa Francisco nos avisa.

Empero la vida de servicio es una visión que me impulsa, que me mueve, que me da la vida. Es la chispa que me mantiene en acción.

Entonces, tal vez no fue muy sorprendente que en octubre del año pasado, nuestro obispo, Monseñor Darwin Andino me preguntó si considera el diaconado permanente.

Tenía mis dudas y preocupaciones – y todavía tengo varias. Pero, al rezar y estudiar, al platicar con amigos y consejeros y consejeras espirituales, después de un mes del discernimiento, le dijo al obispo que estuviera dispuesto a iniciar el proceso hasta la candidatura del diaconado en la diócesis de Santa Rosa de Copán.

Leyendo sobre el diaconado, observé dos cosas.

Primero, la iniciativa de restaurar el diaconado como un orden permanente comenzó con un circulo de sacerdotes en el campo de concentración de Dachau en durante la Segunda Guerra Mundial. Afligido del fallo de una respuesta fuerte de la Iglesia en contra los males del Nazismo, ellos comenzaron a comentar la cuestión de cómo apoderar la iglesia para ser más sensible. Una idea era involucrar laicos ya metidos en el mundo como diáconos, miembros ordenados de la Iglesia.

Segundo, el decreto del Concilio Vaticano Segundo sobre la actividad misionera de la Iglesia,  Ad Gentes, en número 16, provee una razón fundamental para la restauración del diaconado que no es meramente una transición a la ordenación presbiteral:

Restáurese el Orden del Diaconado como estado permanente de vida según la norma de la Constitución "De Ecclesia", donde lo crean oportuno las Conferencias episcopales. Pues parece bien que aquellos hombres que desempeñan un ministerio verdaderamente diaconal, o que predican la palabra divina como catequistas, o que dirigen en nombre del párroco o del Obispo comunidades cristianas distantes, o que practican la caridad en obras sociales y caritativas sean fortalecidos y unidos más estrechamente al servicio del altar por la imposición de las manos, transmitida ya desde los Apóstoles, para que cumplan más eficazmente su ministerio por la gracia sacramental del diaconado.

Cuando leí este articulo, vi que yo soy un poco como la persona que los obispos describieron. Ya estoy cumpliendo varias funciones del diácono – el ministerio de la Palabra, del altar y de la caridad. El diaconado añadirá la gracia sacramental del diaconado y me ayudaría ser un animador de la caridad y la justicia.

Entonces, sábado, el 16 de mayo, Monseñor Darwin Andino me recibirá como candidato al diaconado permanente – primero Dios. Que Dios me haga digno de servirle a Él, a la Iglesia y a los pobres, con el amor de Cristo.

Reza por mi.


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